domingo, 11 de marzo de 2012

... siempre vuelves.

Eres el mayor hijo de puta que he conocido en 19 años.

Yo quería que la próxima vez que escribiese, pudiera hacerlo de otra persona, de aquella que a día de hoy hace que me muera de ganas por morderle, o de aquél que me tuvo y medio tiene todavía… pero no, tenías que volver. Porque ese es el problema: siempre vuelves.
… y siempre vuelves por la puerta grande, haciendo que vuelva a postrarme ante ti y te llene de cumplidos y halagos. Esta vez no. Has conseguido que tenga ganas de entrelazar mis dedos alrededor de tu cuello, y apretar hasta que no puedas volver a usar tus cuerdas vocales.

Te has encargado de destrozar la imagen que tenía de ti después de año y medio. Sabía que ya no te tenía de la forma en que te tuve, y que eso jamás volvería pero, ¿esto? ¿En qué he quedado yo para ti? ¿Tan poco he pasado a importarte? ¿Por qué después de todo has decidido no guardar nada de aquél chico que me hizo ser feliz y, de repente, pasar a ser un chico totalmente nuevo y desconocido para mí?

… tan sólo esperaba un por qué de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
;