lunes, 23 de enero de 2012 0 notas musicales

Igual de guapo

Sigues igual de guapo que cuando te vi la primera vez. Tu cara de intento de malote no ha cambiado; esa imagen que quieres dar de duro no la consigues. A la legua sigo viendo lo buenazo que eres, aunque hagas cosas de nño pequeño para que pensemos que eres un cabrón.

Tus ojos siguen siendo los mismos ojos que me encantaban mirar. Los únicos ojos a los que era capaz de mirar sin apartar la vista; imagino que influye el hecho de que hables con ellos.
Tu sonrisa sigue siendo la misma sonrisa que te empeñas en no enseñar. No me canso de repetírtelo: tienes una sonrisa preciosa. Tímida, pequeña y reservada, pero verla dibujada en tu boca hace feliz a cualquiera.

Ese es tu fallo, y mi perdición. Tu sonrisa inexistente. Tu boca seria. ¿No te das cuenta de lo bonitos que se te ponen los ojos cuando sonríes? Y cuando lo haces... Ay... lo tonta que consigues que nos pongamos. Pero sigues con tu manía de hacerte el duro.

Tus poses, tu intento de actitud de tock and roll. Mi vida, jamás serás como ellos, nunca alcanzarás su nivel de vida; tú no eres un chulo putas, y tu única droga son los porros y la música. Déjate de gafas de sol y sigue haciéndolo como lo haces.
Intentas aparentar lo que no eres y llevar una vida que no te corresponde. Querido, lo tuyo son los taburetes y los sombreros.

¿Sabes lo que siempre me ha gustado de ti? A parte de tu sonrisa esporádica, claro. Tus brazos. Tus brazos rodeándome, apretándome contra ti. De medio minuto hacías tres. Y mis manos metidas en tu bolsillo trasero jugaban al gato y al ratón. Echo de menos ese beso, donde la barra del bar separaba nuestros cuerpos, pero no nuestros labios.

Sigues igual de guao que aquella vez que viniste a dormir a mi casa.
lunes, 16 de enero de 2012 0 notas musicales

Como sangre en el mar

Creía haberte olvidado y haber asumido que nuestros labios no se encontrarían más, pero me equivocaba. Llevaba un mes sin pensar en ti, evitando todo lo que tuviese que ver contigo. No escuchaba las pistas y, joder, me prometí que eso nunca iba a pasar, que jamás dejaría de lado lo que ha sido mi punto de apoyo. Y lo hice. Hoy he vuelto. Eso que haces ha fluido por mi habitación, empapándome de ti hasta calarme los huesos  y me ha vuelto a romper por dentro, mientras que, por otra parte, mi corazón se mantenía fuerte y relajado a la vez, se dejaba llevar por aquello que anhelaba y añoraba tanto.

Un calor me ha invadido, me ha abrazado y arropado mientras que una bocanada de viento gélido se encargaba de colarse por cada poro de mi piel. Qué hijo de puta, lo ha conseguido el muy cabrón.

Y sí. Sí, sí, sí. Todavía te quiero. Me recomiendan que no lo diga muy alto, que puede dolerme después pero, joder, ¡es que te quiero! Te quiero después de un año queriéndote. Te quiero querer. Me gusta quererte aunque por tu parte quede cariño.
Sí, también concibo mi vida sin ti, porque lo tengo tatuado en el órgano vital con tinta negra y sombras moradas: “tú y él no vais a estar juntos”. Pero, oye, por lo que pueda pasar, me han dicho que ahora hacen un trabajo maravilloso con el láser.
Te quiero abrazar, temblar a tu lado, sonreírte; que tu no me sonrías, te pongas seriote, así, como tú sólo sabes, me mires a los ojos y me lo cuentes todo, como antaño. Quiero que nuestros labios se posen sobre el mismo filtro, y mis gafas sobre tu nariz. Que me abraces tú y me digas que te parezco increíble. Que me des las gracias por todo cuando no hago nada.
Te quiero a ti, y esto es así, y así va a seguir, porque eres el único que ha conseguido tenerme enamorada más de un año.

Como quiero quererte, te digo que te quiero.
 
;