Eres el mayor hijo de puta que he conocido en 19 años.
Yo quería que la próxima vez que escribiese, pudiera hacerlo de otra persona, de aquella que a día de hoy hace que me muera de ganas por morderle, o de aquél que me tuvo y medio tiene todavía… pero no, tenías que volver. Porque ese es el problema: siempre vuelves.
… y siempre vuelves por la puerta grande, haciendo que vuelva a postrarme ante ti y te llene de cumplidos y halagos. Esta vez no. Has conseguido que tenga ganas de entrelazar mis dedos alrededor de tu cuello, y apretar hasta que no puedas volver a usar tus cuerdas vocales.
Te has encargado de destrozar la imagen que tenía de ti después de año y medio. Sabía que ya no te tenía de la forma en que te tuve, y que eso jamás volvería pero, ¿esto? ¿En qué he quedado yo para ti? ¿Tan poco he pasado a importarte? ¿Por qué después de todo has decidido no guardar nada de aquél chico que me hizo ser feliz y, de repente, pasar a ser un chico totalmente nuevo y desconocido para mí?
… tan sólo esperaba un por qué de ti.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario