Hoy me apetece soñar. Y que sean dos. Que uno me despierte a las 6 de la mañana porque sea raro de cojones, y yo me desvele y pase los treinta próximos minutos buscándole un significado a aquello que he soñado. Quiero soñar que me come un lobo, que abre sus fauces y aulla -pasión- y una vez metida mi pierna izquierda en su boca, muerda un poquito y la escupa porque sepa demasiado amarga.
En el otro sueño quiero ser una Mahou. Una Mahou del tamaño de la luna. Y que tu boca roce la boquilla del botellín y, con cada sorbo, me des un besito.
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