¿Sabes? Me has cambiado. Joder, me has hecho absolutamente dependiente de ti, sin quererlo o sin querer. O sin querer pero queriendo. O queriendo sin querer. No lo sé, no lo sé. Sólo (si, con tilde, desafiando a la RAE) sé que has conseguido colgarme hasta el final. Y que yo no era así antes, coño. Que a mi me costaba mucho sentir algo por alguien y una bonita noche llegas tu y ¡plin!, me idiotizas.
Y yo no quiero quererte, de verdad. O si, tal vez si quiera quererte, pero sólo si me quieres tú a mi como yo te puedo llegar a querer, que es mucho, por si quieres saberlo.
Es que, no puedo creer que me descoloques de esa manera con una sóla palabra. Me tienes comiendo de tu mano, y lo sabes. Sabes que se me dibuja una sonrisa en la cara cuando me hablas; cuando me enseñas a hacerlo bien; cuando me cuentas todas esas cosas estupendas que te están pasando; cuando dudas y me preguntas; cuando me dices que flipas con lo que hago (que no es nada comparado con lo que haces tu). Sonrío si te veo sonreir.
Y quiero verte sonreir más veces, pero bueno, para eso queda un tiempo.
Bonito